Por Lic. Julio Cesar Sánchez Martínez
Economista y Contador.
MANIPULACION, DOMINIO Y CONTROL.
Grita y te escucharan. Así se
promueve una idea, un pensamiento, se propaga una ideología. De esta manera
fijamos el pensamiento y que el mundo hable de lo que hablamos y pensamos. De
esta manera se divide el mundo mediante la manipulación o atreves del control,
proceso que se ejerce de manera deliberada, consiente o no, sabiendo que este
proceso va a definir nuestra forma de pensar. La forma como pensamos define el
contenido de lo que hablamos, y este nuestros pensamientos, estos a su vez,
define nuestro carácter, y el carácter describe la personalidad, reproduciendo
un circulo donde cada elemento define lo que hacemos y la forma en la que nos
insertamos en el mundo.
La forma de pensar y actuar nos
divide, nos coloca de un lado o de otro: somos creyentes o ateos; somos
capitalistas o comunistas; defendemos un Estado minárquico y condenamos un
Estado social; defendemos el mercado y le atribuimos las facultades de único
administrador y articulador de las relaciones que se dan en una economía,
calificamos el Estado de ineficiente y mal administrador. Asumimos que el
mercado es ineficiente para asignar recursos descartando la mano invisible, y
por el contrario defendemos al Estado en todas sus capacidades, como ente
regulador y productor, como sustituto del mercado en la función de articular la
economía.
No importa lo que pensemos o la forma
en la que actuemos, lo cierto es que pensamos diferente y esto genera y otorga
poder a los que definen el sistema, facilita el proceso social y la
organización en la que interactuamos facilitando de alguna manera el “buen
vivir.”
Para organizar la sociedad, el Estado
ejerce un sistema de control. Dentro de este articulado surgen conceptos que
vamos asumiendo como propios, que nos educan para reaccionar ante determinadas
situaciones y vamos normalizando y aceptando situaciones que forman parte de
ese proceso de educación o adoctrinamiento.
Tras la aceptación de la
transformación que se ejerce por medio de la educación como mecanismo de
control por un conjunto de instrucciones, el cual, como sistema de organización
de la sociedad, se da por un conjunto de instituciones que cobran vida, que nos
someten y terminamos aceptando. Este dominio o control lo confiere una norma o
una ley, el conocimiento, las tradiciones o cultura. Dominamos y nos dominan;
controlamos y nos controlan; educamos y nos educan. Por ejemplo, el Estado
utiliza distintos medios: la violencia subjetiva ejercida por el Estado es
otorgada por una ley o una norma como mecanismo de represión, bajo el alegato
de garantizar del orden y la tranquilidad de la mayoría para lo cual se hace
representar por medio de poderes conferidos por el pueblo. Controla la Iglesia
por las creencias y los aspectos culturales que poseemos. Ejerce control el
maestro sobre el estudiante, el médico sobre el paciente, el padre sobre el
hijo, el hermano mayor sobre el menor etc. Todo el proceso de organización
dirigido a controlar y dominar se da en cualquier situación y dirección de
gobernanza creada. Se da en un sistema de mercado o capitalista bajo el emblema
de un Estado social y de derecho bajo la sombra de derecho de propiedad y
libertad en un sentido amplio. En un sistema de sociedad colectiva (comunista)
dónde no existe un sistema de precio para asignar recursos, y los costos de
transacción son cero y la sociedad se gobierna bajo una ideología de
colectividad, y nadie se abroga el derecho de propiedad.
Este modelo de dominio y control
supone una dualidad del proceso: lo bueno y lo malo, libertad y represión,
amenaza y recompensa, lo que traduce en un comportamiento y una personalidad
esperada. Un ejemplo para explicar todo lo antes expresado y cómo reaccionan
las personas, es el tema de los impuestos. El gobierno propone crear un
impuesto nuevo. Hablamos de un tema sensible. El pueblo, que ve afectado sus
ingresos, sus riquezas y su capacidad de consumo reacciona rechazando toda
propuesta impositiva porque le afecta. La oposición, con el propósito de ganar
adeptos y simpatía se coloca del lado de los que van a financiar el Estado con
los nuevos impuestos, aparece como el salvador proponiendo soluciones
alternativas que saben por demás, que no son factibles, pero las propone, el
pueblo las hace suyas y las propaga por todos los medios posibles, en tanto el
gobierno procura neutralizar a la oposición, convencer a los contribuyentes, y
para esto se busca apoyo en un grupo de adoctrinadores que se encargan del
proceso de neutralización de las ideas que adversan los propósitos del
gobierno, por medio de la difusión de un discurso elaborado con el fin de
lograr un efecto anestésico para que el pueblo termine justificando y aceptando
los nuevos impuestos.
Otro ejemplo son los fondos de
pensiones. Se inicia con un discurso basado en que los trabajadores van a
ahorrar para su futuro o edad de retiro. Un escenario que se da en un Estado de
derecho, pero si estamos en un Estado de garantías, no sería el trabajador el
que decida: ¿dónde ahorrar?, ¿cómo ahorrar?, ¿qué monto va a dedicar para
garantizar su retiro?, ¿si ahorra o no?, sin embargo, lo que sucede es, que se
hace mediante una ley, violentado un derecho definido como sagrado en el texto
constitutivo del mismo Estado, definido como una sociedad de derecho y de
propiedad. Pero se acepta, y acudimos a aportar para nuestro retiro, y una vez
más se violenta el Estado de derecho, cuando se limita el derecho de propiedad
colocando trabas de accesos a lo que, por naturaleza y por definición te
corresponde, según se hace constar en el texto constitucional que da nacimiento
a un Estado de garantías. En el fondo, el trasfondo, lo que se da con los
fondos de pensiones, es un proceso mediante el cual se limita la calidad de
vida de los ahorristas en lo inmediato y se designa a ricos a administrar
nuestras pobrezas. A este proceso de adiestramientos y control es lo que Michel
Foucault define como “control, aceptación y normalización”. El poder utiliza
relaciones de control que poseen los grupos sociales, que, de algún modo,
conforman relaciones o asociaciones de grupos el cual se ejerce para crear
sistemas de dominio que permiten funcionar plenamente”. Lo único que en el caso
particular viene dado por una norma jurídica. Dentro de ese proceso de
normalización terminamos justificándolo todo, y emulando a Nicolás Maquiavelo
con aquello de que “el fin Justifica los medios”.